Category Archives: Español

La Victoria popular del Yasuní

Declaración

Desde La Plataforma Latinoamericana y del Caribe por la Justicia Climática y la Campaña Global para exigir Justicia Climática Latinoamérica y el Caribe (DCJ-LAC), expresamos nuestra más profunda alegría por el triunfo del Sí, en consulta democrática, mediante la cual el pueblo ecuatoriano decidió detener y desmantelar la explotación de petróleo en el bloque 43 ITT, del Parque Nacional Yasuní, ubicado en la Provincia de Orellana, Ecuador.

Saludamos el proceso histórico de defensa del Yasuní, iniciado hace más de veinte años, centrado en el protagonismo de las comunidades y organizaciones del Ecuador, hoy ejemplo de la lucha intergeneracional y diversa contra el extractivismo y la construcción de las alternativas a la explotación de la naturaleza y la garantía de sus derechos plenos. Como lo expresó la Campaña Sí Al Yasuní, esta es una una lucha por la vida misma.


Contra el miedo, contra el fraude, contra la visión desarrollista que busca instalar la muerte en territorios de sacrificio, hoy el pueblo de Ecuador nos señala la ruta a una verdadera democracia climática, y que no puede ser construída sin la participación de las voces de quienes cuidan las vidas en la Amazonía. En palabras de la Misión Internacional por el Yasuní: “no hay vuelta atrás. Ha comenzado una transición justa para los pueblos y la Naturaleza”, por mayor justicia socioecológica y una visión de un futuro cargado de esperanza.


Esta victoria muestra el camino para las futuras luchas por justicia climática, orientadas a terminar efectivamente con la explotación y consumo de combustibles fósiles, rechazar las falsas soluciones y exigir transformaciones estructurales en los sistemas económicos y políticos, inspiradas en la justicia y la soberanía y autonomía territorial.

Nos juntamos como organizaciones por la justicia climática para decirle a
Ecuador que no está sólo y que somos parte de los ojos, las voces y todas las fuerzas vivas – humanas y no humanas – que se suman a la veeduría
internacional para garantizar el cumplimiento del mandato popular expresado en un voto para “ el retiro progresivo y ordenado de todas las actividades relacionadas con la extracción petrolera en un plazo no mayor de un año”, tal como lo establece la papeleta aprobada en la importante consulta popular del 20 de agosto.


Esta es una victoria de AbyaYala y del mundo. Es una invitación a abrir la
imaginación política a un futuro post-extractivista y de justicia climática
democrático y cargado de reconocimiento de la necesidad de reparación y regeneración de la vida, no sólo en el Yasuní sino en todos los territorios asediados por la crisis climática producto del mandato de explotación de la naturaleza.


Hoy celebramos y permanecemos atentxs a los pasos que seguirán hasta
conseguir el reconocimiento pleno de los derechos de la naturaleza en el Yasuní. Nos sumamos a la observación del mundo al proceso que implicará la “remoción de la infraestructura, el cierre de las operaciones, taponamiento eficaz y cuidadoso de los pozos y la restauración y regeneración de las áreas afectadas”, y la garantía de no repetición de lo que nunca debió comenzar.


Exigimos a las autoridades del Estado Ecuatoriano el cumplimiento del mandato que el pueblo ha dado y a estar a la altura del compromiso histórico, que hoy representa la posibilidad de hacer justicia. Llamamos a todas las instituciones democráticas a proteger de cualquier manipulación y atentado de desconocer y obstruir el llamado del pueblo, con maniobras políticas que atentan contra el derecho constitucional de la consulta popular nacional

Es el momento de las acciones climáticas desde los pueblos. Por la
repolitización del pensamiento climático, más allá de la descarbonización, de la economía verde que mercantiliza a la naturaleza y las falsas soluciones. El destino del Yasuní, de la Amazonía toda, de la naturaleza en sacrificio, es ser la base de la vida hacia un mundo donde la justicia climática se traduzca en verdadera democracia con participación plena de quienes cuidan y co-crean los territorios.


¡Sí a la Vida!
¡Sí al Yasuní!

Campaña Global para Exigir Justicia Climática Plataforma Latinoamericana y del Caribe por la Justicia Climática

¿Un nuevo Marco Global de Biodiversidad o un Fraude Global de Biodiversidad?

La 15ª reunión de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) se llevó a cabo en diciembre de 2022 en Montreal, Canadá, junto con las reuniones del Protocolo de Cartagena y el Protocolo de Nagoya del CDB.

El contexto

La naturaleza es esencial para la existencia humana y sustenta la calidad del aire, el agua dulce y los suelos de los que depende la humanidad; distribuye agua dulce, regula el clima, proporciona polinización y control de plagas y reduce el impacto de los desastres socio-naturales. Nuestros medios de subsistencia también dependen de la naturaleza, ya que más de 2000 millones de personas dependen de la leña para satisfacer sus necesidades energéticas primarias; alrededor de 4000 millones de personas dependen principalmente de medicamentos naturales para el cuidado de su salud y alrededor del 70 % de los medicamentos utilizados para el cáncer son productos naturales o sintéticos inspirados en la naturaleza. Más del 75 % de los tipos de cultivos alimentarios mundiales dependen de la polinización animal y los ecosistemas marinos y terrestres son los únicos sumideros de las emisiones antropogénicas de carbono, con un secuestro bruto de 5,6 gigatoneladas de carbono al año (el equivalente al 60 % de las emisiones antropogénicas mundiales).

Los humanos somos parte de la naturaleza, pero la vemos como algo separado de nosotros que puede ser usado y destruido a nuestra discreción. Según el Informe de Evaluación Global de IPBES sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos, alrededor de 1 millón de especies de animales y plantas desaparecerán de la tierra y muchas en las próximas décadas; en gran parte de los trópicos altamente biodiversos, se perdieron 32 millones de hectáreas de bosques primarios o en recuperación entre 2010 y 2015; y aproximadamente la mitad de la cobertura de coral vivo en los arrecifes de coral se ha perdido desde la década de 1870, con pérdidas aceleradas en las últimas décadas debido al cambio climático que exacerba otros factores.

El informe IPBES también identifica claramente los impulsores directos del cambio en la naturaleza que son: (1) cambios en el uso de la tierra y el mar, (2) explotación directa de organismos, (3) cambio climático, (4) contaminación y (5) especies exóticas invasoras; y también destaca que desde 1980, las emisiones de gases de efecto invernadero se han duplicado, elevando las temperaturas globales promedio en al menos 0,7 grados centígrados y se espera que sus impactos aumenten en las próximas décadas, en algunos casos superando el impacto del cambio en el uso de la tierra y el mar y otros factores.

Para hacer frente a la crisis de biodiversidad del mundo, se estableció el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) con la misión de lograr una vida en armonía con la naturaleza para el año 2050 a través de tres objetivos centrales; conservación de la biodiversidad, uso sostenible y distribución equitativa de los beneficios derivados del uso de los recursos genéticos. Para lograr la misión y los objetivos, en 2010, las partes del CDB adoptaron un plan de trabajo de 10 años que, en esencia, contenía 20 metas, conocidas como Metas de Aichi, que abordaban diferentes temas, entre ellos: la integración y el respeto del conocimiento tradicional (T18), el aumento de los recursos financieros de todas las fuentes (T20), la reforma de los incentivos (T3) y la producción y el consumo sostenibles.

Al final del plan de trabajo, estaba claro que los objetivos de Aichi no se cumplirían y que cualquier plan posterior tenía que centrarse principalmente en la implementación. Es así como se establece un grupo de trabajo en el marco del CDB 1 con el objetivo de conducir el proceso que conduciría a la adopción de un Marco Global de Biodiversidad post 2020 en la COP 15 del CDB en 2019. Pero la pandemia del COVID-19 golpeó al mundo y la CBD COP 15 no sólo se pospuso hasta diciembre de 2022, sino que también cambió su sede de Kunming, China, a Montreal, Canadá. A lo largo de los años, el grupo de trabajo celebró 5 reuniones en total, tanto en línea como en persona.

¿Cuáles son los resultados después de años de negociación?

El largo y lento proceso de negociación produjo lo que ahora se llama el Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal [Global Biodiversity Framework (GBF)] que, en esencia, contiene lo siguiente:

Una teoría del cambio que reconoce la necesidad urgente de una acción política para lograr el desarrollo sostenible, de modo que se reduzcan y/o reviertan los factores del cambio no deseado que han exacerbado la pérdida de biodiversidad.

Una visión que es la misma que figura en el texto de la Convención de vivir en armonía con la naturaleza para 2050 y una misión para tomar medidas urgentes para detener y revertir la pérdida de biodiversidad para poner a la naturaleza en el camino de la recuperación. Impulsado especialmente por grandes grupos conservacionistas, el concepto de ‘naturaleza positiva‘ cuestionado por la sociedad civil no fue incluido en la misión.

Un conjunto de metas que es básicamente un texto alineado con los tres objetivos de la Convención, pero con la inclusión de la meta D sobre los medios adecuados de implementación, incluidos los recursos financieros, la creación de capacidades, la cooperación técnica y científica, y el acceso y la transferencia de tecnología, para también cerrar progresivamente la brecha financiera de la biodiversidad de 700 mil millones de dólares por año.

La sección H del marco contiene los Objetivos Kunming-Montreal 2030 que comprenden un conjunto de 23 objetivos. Si bien todos están conectados, cada uno aborda un tema en particular, algunos representan un paso adelante, otros un paso atrás de las Metas de Aichi y otros son una simple referencia al texto de la Convención.

La meta 17, por ejemplo, sólo tiene como objetivo fortalecer la capacidad para implementar el artículo 8(g) 2 del Convenio que habla sobre la regulación, gestión y control de riesgos asociados con el uso y liberación de organismos vivos modificados. No representa nada nuevo para la Convención.

La meta 3 relacionada con la conservación basada en áreas disfrutó de mucha atención en detrimento de todas las demás metas, incluidas aquellas que abordan los factores impulsores de la pérdida de biodiversidad. Promovida principalmente por grandes grupos conservacionistas, la propuesta de aumentar las áreas protegidas en al menos un 30% 3 fue cuestionada por organizaciones de la sociedad civil y grupos de pueblos indígenas por diferentes razones, incluidas las asociaciones para “fortalecer la conservación” y sus impactos negativos principalmente en los pueblos indígenas y las comunidades locales, quienes han sido criminalizados y desplazados de sus tierras ancestrales durante décadas en la búsqueda de un enfoque colonial y estrecho de conservación a través de Áreas Protegidas. La Meta adoptada sí incluye este aspecto cuantitativo, pero también incluye importantes referencias a los pueblos indígenas y el reconocimiento y respeto de sus derechos, incluidos los derechos sobre sus territorios tradicionales.

La meta 15 no fue muy popular y probablemente esa sea la razón de su lenguaje débil. En lugar de apuntar a regulaciones más estrictas para el sector privado, en particular las empresas transnacionales, sólo pide a los gobiernos que tomen medidas legales, administrativas o políticas para alentar y permitir el negocio y, en particular, para garantizar a las empresas e instituciones financieras grandes y transnacionales: Monitorear, evaluar y divulgar de manera transparente y regular sus riesgos, dependencias e impactos sobre la biodiversidad; Proporcionar la información necesaria a los consumidores para promover patrones de consumo sostenibles; e Informar sobre el cumplimiento de las normas y medidas de acceso y participación en los beneficios, según corresponda.

La meta 22 es algo que vale la pena destacar como positivo, ya que dice: Garantizar la representación y participación plena, equitativa, inclusiva, efectiva y con perspectiva de género en la toma de decisiones, y el acceso a la justicia y a la información relacionada con la biodiversidad por parte de los pueblos indígenas y las comunidades locales, respetando sus culturas y sus derechos sobre las tierras, los territorios, los recursos y los conocimientos tradicionales, así como por las mujeres y las niñas, los niños y los jóvenes y las personas con discapacidad, y garantizar la plena protección de los defensores de los derechos humanos ambientales.

La meta 23 también es una victoria gracias a y para la sociedad civil y dice: Garantizar la igualdad de género en la implementación del marco a través de un enfoque sensible al género donde todas las mujeres y niñas tengan las mismas oportunidades y capacidad para contribuir a los tres objetivos de la Convención, incluyendo el reconocimiento de su igualdad de derechos y acceso a la tierra y los recursos naturales y su participación y liderazgo plenos, equitativos, significativos e informados en todos los niveles de acción, compromiso, política y toma de decisiones relacionadas con la biodiversidad.

La relación entre el cambio climático y la biodiversidad

Según IPBES, el cambio climático ya está impactando a la naturaleza desde el nivel de los ecosistemas hasta el de la genética, siendo los ecosistemas marinos y terrestres los únicos sumideros de las emisiones antropogénicas de carbono, con un secuestro bruto de 5,6 gigatoneladas de carbono por año (el equivalente a unas 60% de las emisiones antropogénicas globales).

Desde una perspectiva de justicia climática y ecológica, los vínculos e interdependencias entre la atmósfera y la biósfera son evidentes, así como las causas estructurales comunes de la crisis del clima y la biodiversidad. Sin embargo, para los países desarrollados y los intereses conservacionistas y privados específicos, parece que la única conexión es cómo incluir la contribución de la biodiversidad a la mitigación en un sistema basado en el mercado a través de soluciones basadas en la naturaleza (SBN).

La Decisión 23 de la COP sobre cambio climático y biodiversidad perdió su objetivo real a lo largo de los años y fue simplificada en exceso por los países desarrollados que redujeron la conexión entre el cambio climático y la biodiversidad al uso del término “soluciones basadas en la naturaleza”. Después de dar vueltas y sin concesiones del norte global en incluir siquiera una referencia al principio CBDR, esta decisión no pudo alcanzar ninguna salida y fue enviada de vuelta al Órgano Subsidiario de Asesoramiento Técnico y Tecnológico (SBSTTA) de la Convención para más discusión.

La meta 8 del Marco adoptado se centra en minimizar el impacto del cambio climático y la acidificación de los océanos en la biodiversidad y aumentar su resiliencia a través de acciones de mitigación, adaptación y reducción del riesgo de desastres, incluso a través de soluciones basadas en la naturaleza y/o enfoques basados en los ecosistemas. La concesión final para tratar con SBN fue colocarlo junto con los enfoques basados en ecosistemas, que es un término bien definido en el CDB.

La meta11 también se resolvió juntando los enfoques basados en SBN y ecosistemas como una forma de restaurar, mantener y mejorar las contribuciones de la naturaleza a las personas, como la regulación del aire, el agua y el clima, la salud del suelo, la polinización y la reducción del riesgo de enfermedades, así como protección contra peligros y desastres naturales.

Otros elementos importantes

A través de la decisión sobre movilización de recursos (CBD/COP/15/L.29), la COP15 adoptó una Estrategia de Movilización de Recursos, reconociendo que implica una fase inmediata (2023-24) y una fase de mediano plazo (2025-30). También reconoce la urgencia de aumentar el financiamiento internacional para la biodiversidad y establecer un Fondo GBF dedicado y accesible en 2023 para movilizar y desembolsar rápidamente recursos nuevos y adicionales de todas las fuentes, de acuerdo con la ambición del GBF. Solicita al GEF (Global Environmental Facility):

  • establecer en 2023 un fondo fiduciario especial para apoyar la implementación de GBF para complementar el apoyo existente y ampliar el financiamiento para garantizar su implementación oportuna;
  • preparar una decisión para ser considerada por el Consejo del GEF sobre la aprobación del Fondo GBF, con su propio órgano rector equitativo, que se dedicará exclusivamente a apoyar la implementación de las metas y objetivos del GBF;
  • promover los arreglos institucionales y de gobernanza necesarios para permitir que el Fondo GBF reciba, además de la asistencia oficial para el desarrollo, financiamiento de todas las fuentes; y
  • diseñar e implementar un ciclo de proyecto con un proceso de solicitud y aprobación simple y efectivo, proporcionando un acceso fácil y eficiente a los recursos del Fondo GBF.

Observaciones finales

  • El nuevo Marco no está a la altura de las altas expectativas y el arduo trabajo realizado durante años de negociación. No aborda los verdaderos factores que determinan la pérdida de biodiversidad e incluso no aborda las causas estructurales de la destrucción de la biodiversidad. La crisis medioambiental a la que nos enfrentamos responde a problemas estructurales comunes de nuestra sociedad y de nuestro modelo económico que antepone el lucro a cualquier otra consideración. A la biodiversidad no se le atribuye derechos, y por el contrario es algo de lo que podemos beneficiarnos y podemos explotar y destruir. Este viejo enfoque antropocéntrico y capitalista ya no es compatible con la sola existencia de millones de especies en el mundo ni con la vida y el sustento de los seres humanos.
  • La formulación de las nuevas metas no es una mejora significativa en comparación con las metas de Aichi, pero ha habido avances en asuntos específicos relacionados con su implementación, incluido el trabajo en indicadores. Mientras existen vínculos explícitos con el cambio climático como la Meta 8, todas las demás metas abordan asuntos importantes para proteger la biodiversidad que, como resultado, tendrán contribuciones positivas en la lucha contra el cambio climático.
  • La plena implementación del Marco también está vinculada al progreso de la decisión sobre la movilización de recursos y el mecanismo financiero del CDB. Los países desarrollados se han creado una reputación basada en hechos de incumplimiento de sus obligaciones en materia de mitigación y financiación en el marco de la CMNUCC. El CDB no puede recorrer el mismo camino pedregoso a pesar de los intentos de los países ricos de descuidar sus responsabilidades históricas en la destrucción de la biodiversidad.
  • Los resultados de la COP 15 se verían muy diferentes sin la participación activa de la sociedad civil que tiene un papel en la configuración del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal adoptado. La CMNUCC y el CDB no son la respuesta al mundo y necesitamos crear espacios fuertes y alternativos, pero el proceso multilateral sigue siendo relevante y un espacio estratégico importante para trabajar. Sin el involucramiento de la sociedad civil no hubiera sido posible la inclusión y reconocimiento de los derechos, en particular de los pueblos indígenas y comunidades locales, y la adopción de las metas 22 y 23.
  • Por otro lado, el papel de los grandes grupos conservacionistas y los intereses privados es evidente y también tiene un impacto en los resultados de la COP 15. La promoción de términos y esquemas como Nature Positive y Nature-based solutions tiene, por decir lo menos, contribuciones adicionales a la biodiversidad cuestionables y distraen la atención de los verdaderos factores de la pérdida de biodiversidad.
  • El CDB y su nuevo Marco no son la solución a la crisis de la biodiversidad, pero si se implementan por completo, los nuevos objetivos tienen el potencial de contribuir a un cambio en la trayectoria de la pérdida de biodiversidad. Los gobiernos por sí solos no lo harán posible porque los intereses económicos siguen estando por encima de todos los demás. El papel de la sociedad civil para velar por la implementación en los territorios junto con la responsabilización de los gobiernos por la destrucción de la biodiversidad será crucial en los próximos años. Como sociedad, necesitamos trabajar urgentemente en modelos claros de desarrollo alternativo a través de transiciones justas que puedan hacerse efectivas en el corto plazo. No hay tiempo que perder. Necesitamos crear nuevas realidades que dejen atrás las antiguas.

1Open Ended Working Group on Post 2020 

2(g) Establecer o mantener medios para regular, gestionar o controlar los riesgos asociados con el uso y la liberación de organismos vivos modificados resultantes de la biotecnología que probablemente tengan impactos ambientales adversos que podrían afectar la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica, teniendo también en cuenta los riesgos para la salud humana

  3Su antecesora, la meta 17 de Aichi, apuntaba a que el 17 % de las tierras terrestres y el 10 % de las áreas costeras y marinas se conserven a través de áreas protegidas y otras medidas eficaces de conservación basadas en áreas